Akasha convirtió a todo su séquito y Lilith se la llevó a una pequeña isla en la costa oeste donde se alzó el palacio templo de Lhamia, donde viviría para toda la eternidad cerca de su familia, pero a salvo. Akasha fue coronada como la Reina de los Condenados y pervivió en las leyendas y los mitos hasta la 3º Edad.
En el año 4000 de la 3º Edad (12.500 años desde el Despertar ), en plena invasión del Caos, un barco naufragó en las costas de Lhamia. Sólo habían sobrevivido tres hombres: tres hermanos de la misma familia los Von Carstein; Vlad, Mannfred y Konrad. Hijos del Conde que gobernaba una triste y pobre provincia de Reikland, asediada continuamente por orcos, goblins y otros seres; azotada por las malas cosechas y las epidemias.
Fueron recogidos por los sirvientes de Akasha y llevados al palacio donde fueron atendidos con todos los lujos que podían imaginar. En la noche se les presentó a Akasha y los tres sucumbieron a su encanto. Lilith se apareció ante ella, y le comunicó que los tres serían sus hijos, los que llevarían a su raza al resto del mundo.
Akasha, así lo hizo. Con sus encantos se acostó con los tres en tres noches y los convirtió. Al cuarto día despertaron. La Reina les contó lo que eran ahora y les inició en el culto a Lilith, que se apareció en el templo. Los tres hermanos juraron lealtad. Tras pasar varios meses aprendiendo sus nuevas habilidades partieron de nuevo a casa.
Tras un largo viaje, consiguieron llegar, no sin antes dejar un rastro de muerte, y nuevos vampiros tras de sí. Ahora la provincia la gobernaba la familia Van Drak pero llegaron justo en el momento en que el anciano conde moría y su hermano tomaría posesión del territorio y de su sobrina Isabella como esposa.
Vlad entró en el castillo que había pertenecido a su familia y entró en la habitación. Tiró al hermano del conde por la ventana y se hizo casar con Isabella allí mismo, a la que convirtió en vampira esa noche, mientras Van Drak moría por fin.
Los tres hermanos que tenían el poder de la nigromancia levantaron un ejercito de muertos en todo el territorio y segaron la vida de la provincia, convirtiendo a los nobles que juraron lealtad en nuevos vampiros. Se había creado el primer clan, los Muerte Negra, liderados por la familia Von Carstein. Vlad predicó la palabra de Lilith y los vampiros se extendieron por todo el mundo creando diferentes clanes. La No Muerte de el Oscuro se extendía: la Tierras de las Calaveras, Drukull, se había alzado como territorio no-muerto, al igual que Atharia, y la provincia de los Von Carstein, que se llamó desde entonces Kaer Nerzhan, la Cuna de los Malditos.
En Kaer Nerzhan empezaron a llegar nigromantes a ponerse al servicio de los vampiros y se construyó la Torre de la Cripta, donde surgirían los Hermanos de la Cripta, los nigromantes mas poderosos. Además, Mannfred se alzó como Sacerdote Supremo de Lilith y mandó la construcción de un enorme templo en su honor.
El Imperio de Reikland viendo una provincia perdida y el peligro de la no-muerte dirigió parte de sus ejércitos contra la Tierra Maldita pero todos cayeron ante el poder de los ejércitos no-muertos. El emperador de por aquel entonces Johann Stauffen IV dejó por perdida la provincia y puso todo su poder contra el Caos.
La Cuna de los Malditos se aisló de la "civilización de la Luz" y se unió a los territorios gobernados por el Oscuro. En la actualidad existen diez clanes reconocidos en el Consejo de los Ancianos Vampiros, pero posiblemente existan más, además de los vampiros solitarios que no pertenecen a ninguno, o el Culto de los Malditos, vivos que los adoran como dioses y a Lilith. Kaer Nerzhan es una tierra oscura, muerta y fría y ni los paladines mas poderosos ni los Cazadores de Brujas se atreven a entrar.
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